EN EL MUNDO YA NO EXISTEN PERSONAS- THE WORLD DOES NOT BELONG TO THE PEOPLE ANY MORE
EN EL MUNDO YA NO EXISTEN LAS PERSONAS
Solo pequeños androids o smartphones con piernas. A nadie parece interesarle el mundo real; ni si te miran, ni cómo te miran. La vida se reduce a una pequeña pantalla que ya forma parte de la mano, como un sexto dedo. El wi-fi es para ellos lo que el oxígeno para los antiguos humanos; sin él, se asfixian, sienten el mal de altura mueren.
Estos humanoides, habitantes de un planeta virtual, se mezclan entre nosotros (o, más bien, nosotros entre ellos); adoptan formas humanas, como los demonios de los Korowai de Irian Jaya o los extraterrestres de aquella serie de los 60, titulada los Invasores. A ellos se les reconocía por su incapacidad para doblar el dedo meñique. A estos nuevos alienígenas que, cada vez más, invaden nuestras calles, se les identifica porque, si se les cae el móvil de las manos, gritan, desesperan, se sienten perdidos, descarriados – muchos hubieran preferido que les hubieran cortado las dos piernas; sin ellas se vive, sin el móvil no -. Alguien debería decirles que no pasa nada; que hay vida a un metro de su android y que, si intentara volver a comunicarse por el extraño método de la palabra, o por el intercambio de miradas, se daría cuenta de que el mundo continúa en su sitio.
Alguien me pronosticó en una ocasión que moriría a la edad de 120 años en manos de un marido celoso (chiste, ja, ja…) No sé si quiero. No lo del marido celoso, sino vivir otros 60 años, ni muchos menos. El futuro que veo está en manos de los ordenadores; serán ellos los que dicten nuestra conducta y nos lleven a nosotros de la mano.
Luego decimos que esta sociedad genera soledad. Difícilmente resolveremos ese problema, si todas nuestras relaciones se limitan a un pequeño ordenador de bolsillo.
Desde hoy, declaro al ser humano especie en peligro de extinción.
(Esta reflexión me vino a la cabeza hace unos días, mientras paseaba por una calle de Chengdu, en China, entre cientos de autómatas con móvil que se movían por instinto, como dispusieran de sensores para no chocar entre sí, igual que esos cortacéspedes robot que funcionan por sí solos. Allí puede que se pasen; pero nosotros llevamos el mismo camino)
QUE ME PERDONEN LOS QUE SE DEN POR ALUDIDOS
THE WORLD DOESN´T BELONG TO THE PEOPLE ANY MORE…
Just to little andoid or Smartphone devises which have legs. Nobody seems to care about the real world. They act kind a heedlessly, don´t interact with the people that soround them. There is only life on the screen of their small computer, wich has become the sixth finger of their hand…
These humanoids, who live in a virtual planet, mingle among us (or, more accurately, we mingle among them); the same way demonds, for the korowai tribe of Irian Jaya, take on the the shape of a human being, they have also a human appearance. This reminds me of a TV series of the 60´s that in Spain was titled somerthing like “The invading enemies”. On that series, those aliens coming from the outer space could only be identified by the fact that they could not bend their little finger. Instead of that, you can recognise these new aliens by ther fact that, if they drop their mobile phone, they start screaming in despair; they feel lost and astray (they would´ve rather lost both legs; without them they can still live, not without the mobile phone). Someone should tell them it isn´t that serious. Someone should tell them there is life a meter away from the screen of their android and explain to them that, if they tried to comunicate by using the weird method of speaking or by exchanging glances with those who are next to them, they might realize that the world is still there…
Someone told me one day that I would be killed by a lelous husband at the age of 120 years old (joke, ha, ha…). I don´t konow if I want. I don´t mean being killed by a jelous husbund, but living that long. The future I forsee doesn´t belong to the human beings any more, but to the computers. They will control our lives.
We use to say that this society we live in is a lonesome people maker. What can we expect if we only interact with a tiny handy computer.
From today, I state human kind an endengered specie.
(This thought came to my mind while I was walking along a crowded street of Chengdu, in China, among hundreds of people who moved like automata and did not crash into me because they must be equipped with some kind of sensor system, like those robot- like-lawnmowers we use in our gardens. Or may be by simple instinct. Too bad, we are following suit)
Sorry those who take the hint…